SINFONÍA ÚNICA DE JÓVENES Y DE MAYORES
Quizás no debí ser periodista y ser profesora. La vida, esta rica vida que me ha tocado en el plano profesional, me ha permitido ser las dos cosas. Las niñas de mi generación empezaban desde muy pequeñas a asistir a las escuelitas de barrio, y desde los cuatro años, mi primera profesora, jamás olvidada, Zenaida Pérez, me enseñó a leer y a escribir en mi natal Yaguajay.