En las proximidades del pueblo de Ceballos, provincia de Ciego de Ávila, están reconstruidos unos dos kilómetros de la histórica Trocha de Júcaro a Morón.
Además de sus encantos patrimoniales, sus avenidas y sus suntuosos hoteles, el visitante a la capital percibe algo especial que lo atrapa. Y es la dinámica de la urbe, con sus gentes amistosas, conversadoras y con algo que cuelga su distinción, el calor humano.
Los periodistas, casi no nos damos cuenta, pero tenemos el privilegio de conocer a muchos de los grandes hombres que hacen la historia de la época en que vivimos.