La Habana que cautiva al visitante.
La Habana, Cuba

Además de sus encantos patrimoniales, sus avenidas y sus suntuosos hoteles, el visitante a la capital percibe algo especial que lo atrapa. Y es la dinámica de la urbe, con sus gentes amistosas, conversadoras y con algo que cuelga su distinción, el calor humano.

En una parada del transporte público, en una cola para adquirir alguna mercancía, el cubano se comunica entre sí apenas sin conocerse. A veces surgen amistades, cuando de estos encuentros se hacen habituales en espera de un ómnibus y tienen hasta la oportunidad de contarse cosas de sus vidas personales. Al visitante por lo regular, no habituado a ver esta peculiaridad en sus países, le llama la atención este sello, más patente en la capital por su gran población.

Uno de los aspectos que capté en mis visitas a Europa o a los países del norte de América, fue la falta de esta comunicación entre las gentes en lugares abiertos. Por supuesto, menos en Miami donde prevalecen mis conciudadanos. En una ocasión le pregunté a un extranjero del porqué de esta privacidad entre las personas y la respuesta fue lacónica, las gentes tienen más preocupación en pensar en sus problemas, que dedicarse a comentarlos a desconocidos.

Esta característica de nosotros. los cubanos, le llama mucho la atención, según algunos me han contado y hasta en ciertas oportunidades con gusto nos interrelacionamos con ellos, cuando se acercan por la alguna razón.

La Habana, a pesar de sus limitaciones materiales, es muy alegre porque al cubano le gusta ambientarse escuchando sus melodías. En los vehículos encienden sus radios mientras se transportan, o desde los interiores de las viviendas, a veces se escuchan desde la vía pública, diferentes interpretaciones por sus altos volúmenes.

Tal vez sea esta la razón de la identificación de la Habana como una capital musical. Aunque la gran urbe de más de dos millones de habitantes no solo cautiva por esta caracterización, sino, además, por su genuina belleza arquitectónica, cultura, tradiciones e historia. La urbe interrelaciona armónicamente lo moderno con lo colonial donde la Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad, es su máximo exponente.

 Por otra parte, en un lapso relativamente corto la ciudad ha desarrollado la construcción de 14 hoteles, algunos ya en funcionamiento y levanta en una céntrica avenida, el más grande de los proyectados hasta el momento. Esto se debe al enorme interés que tiene el turismo internacional por la capital con su emblemática fortaleza del Morro y la Cabaña, como uno de sus símbolos más significativos.

En su activa vida cultural, alberga en uno de sus teatros, la mundialmente famosa compañía de ballet Alicia Alonso, nombre de la afamada bailarina fallecida no hace mucho. Es significativo también, el enjambre de salas con las más variadas presentaciones, sus museos de arte o los festivales como el internacionalmente famoso Jazz Plaza, sin descontar los dedicados al cine latinoamericano o la recién concluida Feria del Libro. La ciudad Maravilla, como se le conoce, siempre tiene los brazos abiertos a los visitantes con su alegría, amistad y su magia cautivadora. Al recién llegado, no solo le revela las grandiosas historias de su pasado colonial, sino, que, además abre las páginas de su libro para mostrar heroicos acontecimientos de su vida contemporánea.

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