Perdida en el tiempo las primeras lecciones de cómo construir una noticia, respondiendo desde el inicio a cinco preguntas, hoy las redes sociales se llenan de acontecimientos con una narrativa diferente, que subvierten aquellas añejas indicaciones claves.
Y me cuesta adaptarme a ella, porque para mí el qué, quién, cómo, cuándo y por qué, a la que podría sumársele el dónde, resumidos en un máximo de 35 palabras, era el paradigma a alcanzar en el primer párrafo (lead) de la agencia de noticias en la que comencé mi andar, hace más de medio siglo.
Ahora me mortifica pasar la vista rápidamente sobre antecedentes, entornos, derivaciones y (posibles o no) consecuencias para llegar al “pollo del arroz” del material que me atrajo desde su inicial “cabeza” o línea resumen de su contenido, que es el “gancho clave” para atraer al lector.
Cualquier ejemplo viene bien, tomado al azar, ahora mismo, de lo que aparece en mi móvil o celular: “Científicos aprenden a comunicarse con ballenas.
Investigadores del Instituto SETI señalan que el desarrollo de técnicas de comunicación con ballenas servirá como base para las tecnologías de contacto extraterrestre”.
El lead tradicional estaba en el segundo párrafo: “Un equipo de biólogos logró entablar una conversación con una ballena jorobada utilizando el lenguaje de los cetáceos”.
Luego empieza la contextualización, a la vieja usanza: “Los científicos de la Universidad de California, el Instituto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) y la Alaska Whale Foundation creen que el desarrollo de esta metodología para mantener comunicación no humana servirá para establecer una plática coherente con formas de vida alienígena en el futuro”…
Termina con un interesante relato que incluye la creación de un diccionario “para entender a las ballenas”.
En el ejemplo, el titular es llamativo, incita a documentarse, despierta la curiosidad. Luego del eje del texto viene una secuencia de elementos que mantienen el interés. En otros casos, bastante frecuentes, alejan el nudo del asunto, lo postergan para unas líneas mas abajo.
Me he preguntado desde que también paseo por las llamadas “redes”, ¿a qué se debe ésto?, ¿por qué malgastan mi tiempo con florituras o contextos que pueden o no ser de mi interés?
Atrapar al usuario promedio actual es la respuesta que se me ocurre a esas interrogantes. ¿A mas tiempo de consumo en esos contactos de nueva generación, habrá mas beneficios al suministrador?
No estoy seguro, lo cierto es que como el periodismo literario, el de investigación, la crónica de ambiente y los análisis periodísticos no responden siempre, o casi nunca, a las dichosas preguntas-guías, las nuevas forma de presentar los contenidos constituyen un desafío al periodismo contemporáneo.
Recuerdo la época en que el periodista Truman Capote convirtió en un género literario su reporte novelado que produjo su “A sangre fría”, llevado con éxito al cine, y su influencia en jóvenes algo aburridos con los esquemas noticiosos de esos tiempos. Confieso que hasta cierto punto, luego de años en el oficio, es la forma en la que más cómodo me siento.
Cierro el tema con otro ejemplo que se me abre en la pequeña pantalla: “Este es el nuevo robot humanoide de la NASA para la exploración espacial”. La foto, del Robot Valkyrie, ilustra: “Este tipo de robots no vendrían a sustituir a los astronautas, sino a ayudarles en tareas peligrosas en el espacio”.
Quiero seguir leyendo para enterarme de quién lo diseñó, cuándo y dónde fue, y otros detalles, pero… primero debo terminar esta nota, con la que saludo el inicio del nuevo año.