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Einstein: La ciencia no encontró explicación formal para el amor

Einstein: La ciencia no encontró explicación formal para el amor
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El segundo mes del año tiene una característica muy especial pues incluye el Día de San Valentín, de los Enamorados o del Amor, el 14 de febrero. En Cuba la celebración amorosa se extiende desde la pareja a la familia, a los amigos, y hasta a la Patria. Despierta sanamente nuestras aptitudes amatorias, y esto crea un valor muy positivo. No obstante, sabe Ud. ¿qué es el Amor?

Si tomamos en cuenta la agresividad del mundo de hoy, cada vez más intensa, multiplicada por la política imperialista, los adelantos de la ciencia y la técnica de la guerra, amén del cambio climático en curso, debemos conocer y amplificar, tanto como nos sea posible, el valor inmenso del amor.  

Una carta del gran científico alemán Albert Einstein, que recomiendo a todos leer, nos revela que: Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR. (Carta de Albert Einstein a su hija Lieserl, que ha sido circulada hace poco tiempo a través de las redes sociales.)

Así, destaca la definición de tal fuerza y sus características esenciales:  El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor. Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. 

Se podría afirmar que el amor es histórico entre los seres humanos, forma parte de la evolución de estos en el proceso de humanización. El valor de ese sentimiento convertido en una fuerza social fue expresado por Jesucristo como un mandamiento moral: “Amaos los unos a los otros”.  Y fue trasmitido por sus apóstoles alrededor del inicio del primer milenio de la era cristiana. Sin embargo, aún constituye un objetivo incumplido para buena parte de la Humanidad.  

Aquella antigua orden, aparentemente muy simple, debía ser un principio elemental en la educación de nuestra especie para garantizar su propia supervivencia. Sin embargo, hasta hoy, infelizmente, este primer mandamiento del cristianismo es incumplido día a día, sin que esto produzca padecimiento alguno en la conciencia de quienes lo traicionan u olvidan ex profeso, con fines anti humanos. 

También, en la relación entre los seres humanos y la Naturaleza el amor tiene una influencia trascendental. Nos recuerda Einstein, en la carta antes citada: “Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser que en él habita, el amor es la única y la última respuesta”. 

José Martí y Pérez habla de las “gotas de amor” que hacen duradera cualquier relación humana.  Por amor vivió él en agonía durante la preparación de la Guerra Necesaria (1895-1898). La convocatoria para el inicio de la misma se acordó que fuese, el 24 de febrero. El Apóstol, cayó en combate, el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos. 

Defender al amor es un acto de amor, en cualquier situación en que nos encontremos. Las dificultades se aminoran cuando interviene ese sentimiento convertido en solidaridad inteligente con otros.  Servir al pueblo es, igualmente, dar amor a nuestros conciudadanos y conciudadanas.  Es darle un contenido práctico a la virtud útil.

No debe existir el cansancio cuando se trata de predicar el amor con la palabra y en los hechos cotidianos de nuestra vida.  La base más segura de la familia humana es el amor entre sus miembros, lo cual facilita extraordinariamente la comprensión de cualquier episodio desagradable o azaroso por cuyo enfrentamiento es inevitable transitar. Facilita el perdón y el olvido piadoso.    

El desamor conduce al enfoque y al comportamiento egoísta, que seca y resiente la vida de la persona, por más rica y/o poderosa que sea.  Sin amor se evidencia la esterilidad en nuestro entorno. Es inevitable el rechazo de otros seres humanos hacia quienes practican el desamor en cualquiera de sus variantes.  

Amar a los otros, compartir y servir a nuestros semejantes es una máxima moral que nunca caduca.  Hay que enseñar a nuestros hijos y nietos, a nuestros alumnos, la maravilla del amor, y la necesidad de su práctica constante.  Las buenas acciones se derivan del buen amor, la amistad sincera es también un testimonio del amor. 

Einstein realizó un ejercicio demostrativo para verificar la existencia del amor y su capacidad como fuerza, en la carta a Lieserl, ya referida explicó: Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

En la construcción del proyecto de socialismo cubano el amor ha sido y es un elemento imprescindible. No puede faltar como ingrediente fundamental, como el plano guía de los constructores, para que la obra se ejecute con el mayor rigor y éxito posible. Tanto Fidel Castro como Ernesto Guevara hablaron del amor, y lo hicieron explícito en sus hechos. 

“Con todos y para el bien de todos” es la propuesta martiana, bien difícil de llevar a cabo con fidelidad a su esencia.  En el combate de las ideas se desarrollan las mejores, es cierto. Pero tenemos que salir a librar esa cruzada diaria por la Humanidad con el amor como escudo, para que no perezcan en ella las buenas ideas y los mejores sentimientos.  

Celebramos el Día del Amor conscientemente, amando a nuestros semejantes, y forjando la unidad del país, dando más amor a Cuba, nuestra patria.

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