“En cinco “perseguidoras” vinieron a buscarme a mi casa; a una sola mujer con sus dos hijos pequeños, de 8 y 4 años. ¡Qué valientes eran ellos! ¿No les parece?”. Así, relató Thelvia Marín Mederos (Sancti Spiritus, 1922), uno de los episodios más crueles y, al propio tiempo, más corajudos, de su trayectoria insurreccional en La Habana del año 1957.