Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos de la tabla periódica, específicamente los 15 lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio), junto con el escandio y el itrio.
A pesar de su nombre, no son necesariamente «raros» en términos de abundancia en la corteza terrestre, pero su distribución geográfica y la dificultad para extraerlos y refinarlos los hacen valiosos.
¿Por qué son tan valiosas?
1. Aplicaciones tecnológicas avanzadas:
– Electrónica: Se utilizan en la fabricación de imanes permanentes de alta eficiencia (neodimio-hierro-boro), que son esenciales en motores de vehículos eléctricos, turbinas eólicas y discos duros.
– Energía verde: Son clave en la producción de paneles solares y baterías recargables, como las de iones de litio.
– Iluminación: El europio y el terbio se usan en fósforos para pantallas LED y fluorescentes.
– Defensa: Se emplean en sistemas de guiado, láseres y equipos de comunicación militar.
2. Escasez relativa:
– Aunque no son extremadamente raros, su concentración en yacimientos explotables es baja, y su extracción es compleja y costosa.
– China controla alrededor del 80% de la producción mundial, lo que genera preocupaciones geopolíticas y de suministro.
3. Dificultad de extracción y refinamiento:
– Suelen encontrarse mezclados con otros minerales, lo que requiere procesos químicos complejos y costosos para su separación.
– La minería y el refinamiento pueden ser ambientalmente dañinos, generando desechos tóxicos y radiactivos.
4. Sustitutos limitados:
– En muchas aplicaciones, no existen alternativas viables que ofrezcan el mismo rendimiento, lo que aumenta su valor estratégico.
En resumen, las tierras raras son esenciales para tecnologías modernas y energías limpias, pero su extracción y refinamiento son desafiantes, lo que las convierte en recursos estratégicos y valiosos a nivel global.