Varios inventos científicos y de otra índole han sido resultado de la casualidad y entre ellos, para deleite del paladar, se encuentra un manjar exquisito, sencillo y fácil de preparar, preferido por multitudes en todo el mundo desde hace más de dos siglos: las papas fritas.
Todo comenzó allá por el siglo XIX en Saratoga Springs, Nueva York, en el restaurante Moon’s Lake House, donde el destacado chef afroamericano George Crum hacía gala de sus habilidades culinarias, en particular en la preparación de las papas fritas, aunque su consagración en la confección de este tentempié, le llegó por obra de la providencia.
Cuentan que un día, en 1853, un cliente se quejó de que las patatas fritas de Crum eran demasiado gruesas y grasientas.
Entonces el chef cortó las papas tan finas como un papel, las frió y saló fuertemente, con el fin de darle una lección al hombre, pero para su sorpresa, este quedó encantado y, a partir de ese suceso, todos querían probar las «patatas fritas Saratoga de Crum».
Aunque él nunca patentó su creación, ni hizo una fortuna con ella, este aperitivo se hizo célebre a nivel local; él siguió trabajando en Moon’s Lake House, y en 1860 abrió su propio restaurante llamado Crum‘s Place, también en Saratoga Springs, que alcanzó gran éxito, con una clientela de ricos y famosos, entre los cuales se encontraba el adinerado Cornelius
Vanderbilt, aquel exigente comensal que dio lugar a la invención de las papas fritas de Crum.
Ya jubilado, en 1895, Crum pasó el negocio a William Tappendon, quien empaquetó las papas en bolsas facilitando su transporte y almacenaje. Sin embargo, no fue hasta 1920, cuando el también llamado snack, alcanzó fama mundial, a partir de la invención de un pelador de papas mecánico que permitió la producción de ese producto a nivel industrial.
A través del tiempo, se han conocido con distintos nombres, por ejemplo, papas fritas en Hispanoamérica, en España como patatas fritas y también como papas a la francesa, en tiras. Pueden consumirse solas o condimentadas con sal, kétchup, mayonesa u otras salsas y también se sirven acompañando platos de carne: como hamburguesas, milanesas, filetes, pescado y pollo frito, salchichas y albóndigas, entre otros platos. Se encuentran en diversos formatos y sabores: onduladas, con sal, empaquetadas en bolsas, en tubo, artesanales, de sabores, incluso light, o de dieta.
Franceses y belgas se atribuyen el invento de las papas fritas; también se habla de Santa Teresa de Ávila (siglo XVI) como la primera persona que frió papas, siguiendo la tradición mediterránea; otra versión asegura que en 1629 se menciona la preparación de ese plato en la ciudad de Nacimiento, en el sur de Chile.
Pero las papas fritas tipo «chips», las de formas redondas y delgadas, son las que accidentalmente creó el chef afroamericano George Crum en el restaurante Moon Lake Lodge’s, en Saratoga Springs, Nueva York, un día de 1853.