Un fenómeno digno de la ciencia ficción, pero totalmente verídico, real: un embarazo y alumbramiento que tiene lugar en las profundidades del mar, cuyo protagonista es un uno de los seres vivos más fascinantes del mundo: el «caballito de mar» macho.
Conocido científicamente como hipocampos (género Hippocampus), tiene también la característica de ser monógamo, por lo que permanece unido a su pareja de por vida, lo que lo diferencia de otras especies del reino animal.
Pero, sin dudas, la característica que lo hace único, es la inversión de los roles tradicionales de la fauna, en general, pues la hembra es la que deposita los huevos en una bolsa del cuerpo del macho y este se encarga de incubarlos y del alumbramiento posterior de miles de esos seres. Poco después que el caballito de mar hecha al agua sus crías diminutas y completamente independientes, la hembra ya tiene huevos listos para entregar y la pareja vuelve a aparearse de inmediato.
Habitan en las aguas costeras tropicales y templadas de todo el mundo. Su tamaño varía entre 1.5 cm y 35 cm; nadan en posición vertical, desplazándose entre algas y otras plantas marinas y para avanzar lentamente por el fondo del océano, utilizan principalmente sus aletas traseras como impulso.
Según estudios, la forma de su cabeza juega un papel muy importante a la hora de encontrar comida, pues su hocico tubular o narigudo, le permite aspirar el agua que está alrededor de su presa para atraerla y, una vez que está más cerca, la succiona con la boca.
Expresan el amor de pareja de las formas más tiernas. Se dice que al amanecer están tan felices de verse que bailan durante más de cinco minutos. Con sus colas entrelazadas, se saludan con un «buenos días», cambiando sus colores a tonos más vibrantes. A lo largo del día, nadan uno al lado del otro, intercambian gestos afectuosos, se ruborizan y se «maquillan» después de peleas. Les encanta disfrutar de la vida y de la buena comida y a pesar de su cuerpo tan pequeño, pueden comer más de tres mil camarones al día.
Es una especie muy mimética, difícil de observar, que se encuentra amenazada en la mayor parte del mar Mediterráneo. Antes el Mar Menor era un lugar privilegiado para su observación, pero actualmente casi no se ven ejemplares. A nivel mundial se encuentra presente en todo el Mediterráneo, mar Negro y en el Atlántico, desde las Islas Británicas hasta Marruecos.
El Hipocampos, cuyo significado es Hippocampus ingens (Pacific seahorse, Caballito de mar), nombre científico deriva del griego hippos, «caballo», y campus, «monstruo marino», ocupó un lugar especial en la cultura celta, como parte de la mitología de la Diosa Deva, la diosa de todos los mares y de todos los sentimientos y de aquel que es fuerte, poderoso y servicial con todos aquellos que se acercan a conocerlo.
Es una figura única, que no ha variado nada su estructura a lo largo de los tiempos; que se desliza por los fondos marinos con elegancia, como si ejecutara algún tipo de danza con coreografía propia.
Precisamente, uno de los valores que los Celtas admiraban de esta especie es que el macho comparte con la hembra la crianza y el cuidado de los hijos, algo insólito en las leyes de la naturaleza en aquellos tiempos.
Para los marineros, ese diminuto animal es como un amuleto de buena suerte que protege sus barcos y sus redes y les ayuda a tener buena pesca; de ahí que exista la costumbre de tener, en el puente de los barcos, un caballito de mar o su símbolo, dibujado o tallado en madera.