El 14 de junio de 2025 pasará a la historia de Estados Unidos como el día «No Kings» («No reyes»), lema de la mayor movilización popular en los 50 Estados de la nación, en rechazo al gobierno «autoritario y excluyente» de Donald Trump, el inquilino número 47 de La Casa Blanca.
Ese mismo día, en Washington se realizaba el desfile militar para conmemorar el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos, el «Día de la Bandera» y coincidentemente, el79 cumpleaños de Trump, quien declaró «No me siento como un rey» pero sí autorizó el gasto de millones de dólares, para su fiesta, «mientras alega la falta de fondos para el Seguro Social, el SNAP, Medicaid y las escuelas públicas», como expresan críticamente los organizadores de la protesta.
Personas de todas las edades, colores y géneros, participaron en las movilizaciones, organizadas por el movimiento «50501» bajo la consigna “Un día de desafío» («A Day of Defiance»). El nombre «50501» significa «50 protestas, 50 estados, 1 movimiento», según el sitio web del grupo. La convocatoria resaltó la realización de una protesta pacífica contra las diversas formas de extralimitación del jefe del Ejecutivo, incluyendo los recortes a los servicios sociales, las redadas a inmigrantes por parte de ICE, los ataques contra instituciones educativas y el desafío sistemático a las órdenes judiciales.
El movimiento 50501 aclaró que la exclusión de la ciudad de Washington del mapa de las protestas por parte de «No Kings» es deliberada, ya que el desfile militar de Trump se llevará a cabo en la capital del país y no podemos permitir que «este desfile de cumpleaños sea el centro de atención, sino que la acción en todas partes sea la historia de Estados Unidos este día, personas uniéndose en comunidades de todo el país para rechazar la política autoritaria y la corrupción».
Una incidental: Las autoridades de Florida amenazan a quienes participen en las protestas: «te vamos a matar», anunciaba en un titular, el periódico «Él País». El gobernador da permiso a los conductores de «atropellar» a los manifestantes si se les interponen en el camino, señaló el rotativo en su página digital.
Migrantes, la represión en primer plano
El «Día No Kings», se organizó en apoyo a las protestas por las redadas migratorias en Los Ángeles, California, donde fueron desplegados inicialmente 2 000 efectivos de la Guardia nacional y 700 Marines, siendo arrestadas cientos de personas, y heridas un gran número de ellas, durante multitudinarias manifestaciones contra las detenciones del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), (que se han extendido a numerosas ciudades del país) en busca de inmigrantes indocumentados y contra las políticas generales de la administración Trumpista, que «tienden a la exclusión y al autoritarismo».
El envío de la Guardia Nacional y los marines, sin contar con las autoridades pertinentes, fue calificado de «fantasía desquiciada de un presidente dictatorial» por Gavin Newsom, gobernador demócrata de California y fuerte crítico de Trump, quien agregó que esa medida «viola la soberanía de California, agrava la situación y desvía recursos necesarios». Trump ordenó el arresto de Newson y, además, impuso el toque de queda en Los Ángeles, una medida extrema que no se ha aplicado en varias décadas en Estados Unidos.
Para el rubio magnate presidente, sin embargo, fue acertada la decisión de enviar a la Guardia Nacional al Estado de California, para frenar las protestas contra su política migratoria. «De no haberlo hecho, dijo, Los Ángeles habría quedado completamente destruida». Las autoridades encargadas de las deportaciones esperan hacer 3 000 arrestos diarios, que es la meta trazada por el inquilino de la Casa Blanca. En su frenesí contra los inmigrantes, Trump logró que el Tribunal Supremo aprobara una petición de emergencia para despojar de las protecciones contra la deportación a 530 000 ciudadanos de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua que se encuentran en Estados Unidos, después de anular el programa, conocido popularmente como «parole humanitario».
Aranceles, salud, clima, homofobia, cierre de fronteras…
Se dice que Trump está apostando su presidencia para demostrar que tiene razón, en cuanto a la efectividad de los aranceles para impulsar la economía norteamericana, como anunció el 2 de abril de 2025 al proclamar el «Día de la liberación», dando inicio a una guerra económica contra 185 países del mundo, mediante un chantaje arancelario, a nivel global. Sin embargo, ha quedado claro que su política arancelaria, encaminada principalmente a eliminar la hegemonía de China en el mercado internacional, ha logrado un efecto «boomerang», pues lejos de aislar al gigante asiático, los países, en especial los latinoamericanos, se han ubicado al lado de Beijing.
Al decir de Ken Roggoff, execonomista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), las probabilidades de que la mayor economía del mundo cayera en una recesión habían aumentado a un 50 %, tras ese anuncio. «Lo que hizo fue lanzar una bomba nuclear sobre el sistema de comercio global», comentó Roggoff y alertó que las consecuencias de este nivel de impuestos a las importaciones «es simplemente alucinante».
Las protestas «No Kings», también rechazan abiertamente el «paquetazo» de medidas adoptadas por Trump, a partir de los primeros 100 días de su segundo mandato, medidas, consideradas anticonstitucionales, causantes de una baja a un 36 %, de aprobación de su gestión económica, según una encuesta de la agencia noticiosa Reuters, mientras los que aprueban su mandato, es el 42% y los que lo desaprueban el 53 %, de acuerdo con la propia fuente.
Entre los decretos presidenciales firmados en las últimas semanas está la retirada de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y del Acuerdo de París, sobre el clima. En el primer caso, bajo el argumento de «la mala gestión de la COVID-19 y otras crisis sanitarias globales. Lo segundo, representa un grave retroceso en la lucha mundial contra el calentamiento global, en el que Washington se había comprometido a reducir entre un 61% y un 66 % sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2035. Otras medidas: continuando con su política homofóbica, dispuso que: «Solo se van a reconocer el género masculino y femenino, borrando el resto de identidades», decisión que aumenta el riesgo para la comunidad LGBTIQ+ de sufrir delitos de odio con violencia y , además, prohibió que las niñas y mujeres transgénero compitan en equipos deportivos; se propone eliminar el concepto de nacionalidad por nacimiento, aunque la Constitución de EE.UU. establece que: «todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del lugar en el que residen».
También reinstauró y amplió la llamada «ley mordaza mundial», la cual, pone en peligro la vida de millones de mujeres, y niñas que pueden quedar embarazadas, al bloquear el acceso a la anticoncepción necesaria, forzar más abortos inseguros y aumentar las tasas de mortalidad materna; cerró nuevamente las fronteras, con nuevas restricciones de entrada al país a ciudadanos de 19 países, incluso a estudiantes de la Universidad de Harvard, supuestamente para proteger a Estados Unidos de terroristas extranjeros y otras amenazas a la seguridad nacional y la seguridad pública».
Divorcio Trump-Musk
En medio de ese panorama tormentoso se volvió viral el llamado «divorcio» entre el multimillonario inquilino de la Casa Blanca y el hombre más rico del mundo, su amigo el sudafricano Elon Musk, quien le dio 222 millones de euros en la campaña que lo llevó a un segundo mandato en Washington, y ahora es su «archienemigo», para quien pide un juicio político y amenaza con lanzar una «noticia bomba», que supuestamente vincula al norteamericano con los llamados «archivos de Epstein”. El fallecido financiero Jeffrey Epstein fue acusado de tráfico sexual de menores para los hombres más poderosos y ricos del mundo. Poco después de las acusaciones, Musk se retractó y dijo públicamente que se había “pasado”.
No todo lo que brilla es oro
El 20 de enero de 2025, en su primer discurso durante la toma de posesión presidencial Trump proclamó: «A partir de hoy comienza la era dorada de América». Sin embargo, para la periodista Carlota García Encina, «quizá lo verdaderamente notable ha sido la introducción de un nivel de caos y una sensación de destrucción tan alta que hay dificultades para encontrar un equivalente en la historia estadounidense. Trump ha llegado no como un reformador sino como una bola de demolición; ha abusado de su poder de forma alarmante, tratando de derrumbar las barreras que limitan el Poder Ejecutivo, ignorando las leyes y eliminando a los inspectores generales y otros mecanismos de rendición de cuentas y supervisión». «Hemos visto, dijo, a un gobierno que no se rige por el Estado de derecho, sino por los caprichos de un solo hombre, lo que es, al mismo tiempo, una admisión de debilidad: no tiene el poder para alcanzar sus objetivos por medios legítimos, por lo que intenta conseguirlos ilegalmente».
«Afortunadamente, subrayó, la reacción está creciendo».