Los beneficios del baile en adultos mayores están sobradamente comprobados por las autoridades sanitarias.
El baile, practicado con cierta asiduidad, pero con moderación, supone una sana diversión para las personas mayores, que implica beneficios tanto en la vertiente física como en la psíquica y emocional.
Por lo tanto, se recomienda a los ancianos que se aficionen a esta expansión musical que tan buenos frutos les depara, y tanto contribuye al paradigma del envejecimiento activo y saludable.
Hemos de tener muy presente que la tendencia a la inacción, apatía y abulia en la tercera edad, vista únicamente por muchos como una época de la vida enfocada a la retirada y el reposo, proviene en realidad de prejuicios dañinos y peligrosos.
La inactividad prolongada, tanto física como mental y social, tan sólo puede perjudicar a quienes la ejercen: acelera los procesos de envejecimiento, sube el colesterol, puede atrofiar y dañar huesos, músculos y articulaciones, e incrementa los niveles de colesterol en sangre, además de contribuir decisivamente a indeseables episodios de ansiedad, depresión, neurastenia, fatiga crónica, y otros males del espíritu.
Es preciso salir al mundo, relacionarnos socialmente, practicar ejercicio físico, que habrá de ser algo más moderado en la ancianidad; y, en resumen, mantenernos ocupados. No se debe renunciar a la vida cuando esta aún puede ser disfrutada. Y la tercera edad es todavía un momento en que tal disfrute resulta posible y además necesario.
Los bailes para la tercera edad son una actividad que incluso ha saltado a la actualidad de la web. Recientemente hemos visto un vídeo que se hizo viral a través de internet y las redes sociales. En él aparece una mujer mayor que deslumbra a propios y extraños con su habilidad y plasticidad para bailar, con unos movimientos y una elasticidad impropios de una persona de su edad. También ella disfruta de algo tan bello como el baile, que precisa de esfuerzo, sí, pero que también nos otorga recompensas impagables, tanto a nuestro cuerpo como a nuestra psique y nuestro ánimo.
Y entre las actividades más beneficiosas para las personas en general y para los ancianos en particular está el baile, un “amigo” en la tercera edad que tiene numerosos efectos terapéuticos muy beneficiosos tanto físicos como mentales.
Los bailes para la tercera edad forman parte de un tren de vida saludable en la tercera edad. Después de la jubilación, es fundamental permanecer activo para evitar, prevenir, y en su caso, disminuir, los efectos nocivos del envejecimiento físico, psíquico y neurológico. La inactividad y la apatía en edades avanzadas incrementan y aceleran los efectos más negativos de la vejez, e incluso contribuyen a fomentar determinadas enfermedades asociadas a las edades avanzadas, como la artritis, la artrosis, la osteoporosis, o las demencias, entre otras.
Los beneficios del baile en las personas mayores pueden consistir también en una forma muy provechosa de continuar sus relaciones sociales (puesto que el aislamiento es sobremanera perjudicial para la salud psíquica y neurológica), y de mantener su cuerpo activo y despertar la curiosidad y el ánimo de aprender cosas nuevas, así como estimular la agilidad y los reflejos, que tanto tienden a decaer con los muchos años.