“Roberto Chile, quien por más de 25 años registró la imagen en movimiento del líder cubano, dejaba descansar la acostumbrada cámara de filmación y elegía la imagen fija para inmortalizar la trascendencia de esos instantes decisivos de la historia, y así, detener en el tiempo el símbolo épico de un hombre ícono de quienes luchan toda la vida” Arleen Rodríguez Derivet
Agradezco a la Revista Visión de la Unión de Periodistas de Cuba, por convocarme a su primer número de esta segunda temporada que inicia con nuevos bríos.
Como parte de este pueblo, he sido testigo de importantes acontecimientos de nuestra historia. Tuve la suerte, y hasta podría decir el privilegio, de documentar momentos cruciales del acontecer de nuestra nación durante años, pero sin dudas, lo más meritorio de mi labor profesional ha sido perpetuar la trayectoria del Comandante en Jefe Fidel Castro durante un cuarto de siglo. Como he dicho en otras ocasiones, a lo largo de esos años lo seguí “a todas partes sin reparos y sin miedos”, día tras día, noche tras noche, siempre, con una cámara de vídeo en el hombro y una luz en mi alma.
Trabajar con Fidel durante tantos años fue para mí una experiencia enriquecedora e inolvidable. Ha sido lo más importante que he hecho y haré en mi carrera periodística.
Como en este espacio no puedo proyectarles mis documentales –guardados hoy en herméticos archivos a los cuales se hace casi imposible acceder, algunos olvidados, otros, ocultos por una razón u otra– rendiré homenaje a Fidel con algunas de mis fotografías más divulgadas, y con una secuencia de imágenes a modo de collage, rememoraré la cálida despedida que el pueblo cubano le tributó en la hora final. Desde La Habana hasta Santiago de Cuba un mar de pueblo se volcó en las calles con una mezcla de dolor y pasión revolucionaria exclamando a toda voz: ¡Yo soy Fidel!.
Hoy nos queda su estrella, esa que ilumina y salva, que ojalá encienda el camino que nos falta por andar para conquistar la Cuba que soñamos, esa Cuba aún distante en el futuro.
*Quien es Roberto Chile (La Habana, 1954)
Documentalista, fotógrafo y promotor de arte. Ha dirigido gran número de documentales, reportajes y cortos sobre la cultura y la actualidad cubanas. Sus obras audiovisuales más conocidas son los documentales Desafío; En las laderas del Himalaya; En mis ojos brillas tú; Hágase la luz; Sencillamente KORDA; Regresa Elián; Soy Tata Nganga; Haití volverá; Esencias, La Colmenita en Estados Unidos, Justicia en Londres, Chávez y Fidel, hasta siempre, Fidel es Fidel y Sacha, un niño de Chernobyl, entre otras.
Destacan entre sus proyectos fotográficos Afrodescendientes, Guanabacoa-Cuba, Fidel es Fidel, SOMOS y Donde anida la poesía, presentados exitosamente en diversos espacios dentro y fuera de Cuba. Actualmente trabaja en el proyecto fotográfico convergencias, que será presentado en La Habana en septiembre próximo. Ha participado en decenas de exhibiciones personales y colectivas en Cuba, Estados Unidos, España, Portugal, Alemania, Bélgica, Gran Canaria, Brasil, Colombia, México, Ecuador, Bolivia, Corea del Sur y Australia, entre otros países.
En calidad de director de fotografía, camarógrafo y/o productor ha tomado parte en disímiles realizaciones de importantes productoras cubanas y extranjeras, al tiempo que ha compartido su trabajo con relevantes cineastas, periodistas y artistas de diversos lugares del mundo.
Cámara en ristre, siguió al Comandante en Jefe Fidel Castro durante un cuarto de siglo, dentro y fuera de Cuba, legando un patrimonio de imágenes de alto valor histórico para las generaciones presentes y futuras.
A lo largo de su vida ha recibido numerosos premios, distinciones y reconocimientos por su quehacer artístico y/o periodístico. Resaltan la Distinción por la Cultura Nacional, Hombres y Mujeres Importantes de la Sociedad, Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez y Premio Nacional de Periodismo José Martí, entre mucho otros. Obras audiovisuales de su autoría han sido galardonadas en festivales y concursos nacionales e internacionales.
Al decir de Eusebio Leal Spengler, insigne historiador cubano, “Roberto Chile ha sabido forjar una imagen singular, siempre digna y luminosa de Cuba. Sus imágenes conforman un universo de fe y espiritualidad, perceptibles para aquellos, que, como él, son capaces de amar”.