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2da Temporada/Julio 2025

Mefistófeles y margarita, el bien contra el mal

Mefistófeles y margarita, el bien contra el mal
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El museo Salar Jang, en Hyderabad, India, exhibe hoy unas efigies, quizás las más increíbles del mundo, en opinión de expertos: «La doble estatua de Mefistófeles y Margarita».

Modeladas en el siglo XIX por un escultor francés desconocido, en un lado hay una figura masculina y en el otro una femenina y ambas pueden verse, a través de un espejo situado detrás de la obra, lo que permite apreciar la habilidad del artista al tallar ese singular segmento a partir de una sola pieza del árbol sicomoro más antiguo.

Se afirma que esta doble escultura cuenta la historia de dos personajes de Fausto, escrito por Johann Wolfgang von Goethe, (Fráncfort del Meno, 28 de agosto de 1749-Weimar, 22 de marzo de 1832), poeta, novelista, dramaturgo y científico germánico, gran impulsor del Romanticismo, movimiento cultural surgido en Alemania y en el Reino Unido, a finales del siglo XVIII.

Según una semblanza de esta obra teatral escrita en verso, publicada en 1808, Goethe relata una clásica batalla del bien contra el mal. Con su gran bigote y su sonrisa diabólica, la figura masculina es claramente Mefistófeles, Con un pacto de sangre, Fausto hace un trato con el diablo, para satisfacer sus ambiciones personales, y sólo se da cuenta de sus errores cuando ya es demasiado tarde.

En su «nueva vida» Fausto conoce a Margarita, bella e ingenua criatura que ignora su belleza y no comprende por qué puede ser amada; la seduce con ayuda de Mefistófeles, y por amor ella se convierte en una criminal; su madre muere envenenada por un narcóticoque ella le da; su hermano es víctima de la espada de Fausto; ella mata a su hijo. Sin embargo, conserva su pureza ante nuestros ojos, pues Goethe sabe dibujarla como desgraciada, pero buena, a pesar de los actos que el poder diabólico le hace cometer. En la cárcel expía su delito y cuando se presenta Fausto para liberarla, no quiere seguirle, porque tiene conciencia de sus pecados.

El amor inalcanzable de Elena, símbolo de la belleza clásica, el poder sobre los hombres y sobre la naturaleza, no pueden mitigar la inquietud de Fausto. Cuando llega la hora en que Mefistófeles reclama su paga, Dios se compadece de aquel hombre, que ha buscado el bien y la belleza. Su alma que siempre miró a la altura en medio del fango, ha merecido la misericordia del Cielo.

En Fausto, obra maestra de Goethe, Mefistófeles simboliza la limitación que acompaña siempre al hombre; es el sarcasmo que envuelve las aspiraciones más elevadas, los pensamientos más nobles del ser humano; es la risa burlona incrédula, ingeniosa que no deja germinar el bien.

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