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2da Temporada

Raro cumpleaños

Raro cumpleaños
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Es una fiesta común la de celebrar los cumpleaños, la que en tiempos recientes se ha extendido hasta las mascotas de los hogares a quienes, como si se tratara de niños, visten con ropitas de ocasión, gorros y gafas.

Pero de lo que pocos han escuchado es que una comunidad, en gesto de ironía y rabia, hagan un festejo para celebrar el primer cumpleaños de un desolado puente que comunica la comunidad Los Quemados de Cutupú con otras zonas de la provincia La Vega, en el centro-norte de este país.

Y es que desde hace 12 meses ese puente permanece inconcluso, luego de un año de su desmantelamiento y la promesa de una rápida reconstrucción.

El tiempo pasó y los vecinos de Los Quemados están agobiados de tocar las puertas de los dirigentes encargados de darle solución a la obra que, en las condiciones de la estructura, impide el trasiego de mercancías con el resto de los municipios del territorio provincial, y la movilidad de los ciudadanos.

Entonces se les ocurrió la idea, para llamar la atención de las autoridades comunitarias, provinciales y del país –pues el acontecimiento apareció en las páginas de la mayoría de los periódicos dominicanos y de las redes sociales- que, en lugar de salir a la calle en protestas con pancartas y gritos, celebrar el año de promesas incumplidas, pues la obra está ahí, paralizada, y sin que se avizore, hasta ahora, el menor interés por su reconstrucción.

Entonces compraron una torta enorme, adornaron con globos y lazos los restos del pasadizo, pusieron música y se manifestaron, eso sí, contra quienes deben cumplir con sus deberes y cuyas promesas quedaron en el “pronto estaremos aquí” y “esto queda listo de nuevo en semanas”.

Pero el tiempo pasó y la comunidad agrícola Los Quemados de Cuputú vieron menguar sus negocios y las afectaciones económicas no se hicieron esperar. 

Los vecinos de esa zona, que no desean un puente sofisticado, ni de hierro ni hormigón, sino el de siempre, el de madera, -aunque también las autoridades dijeron que lo reconstruirían con materiales más poderosos- se sienten frustrados en sus demandas. 

Por la demolida estructura no solo pasaba la economía de Los Quemados, dependientes de la ganadería y la industria avícola, sino que era un medio de comunicación de los pobladores con otras áreas de la provincia.

«Esta es una situación que no solo afecta a los negocios, sino que impacta directamente la calidad de vida de los residentes», indicó uno de los organizadores del festejo-protesta, que contó con la participación de la Junta de Vecinos y activistas locales.

Otro representante de la comunidad expresó: «Estamos desesperados. El puente es una vía esencial para el transporte de nuestros productos y para la conexión con otras comunidades vecinas. Sin él, estamos completamente aislados».

Quizás esta inhabitual fiesta de cumpleaños de un puente desmantelado y sin que se vislumbre su reparación llame ahora la atención de los comprometidos con retomar los trabajos.

Mientras, los vecinos de Los Quemados de Cuputú saborearon la deliciosa torta y cantaron y bailaron al son de la música de moda, pero sin olvidar ni un instante que esta fue una fiesta de protesta callada, irónica y bien pensada.

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