A Alfonso Guillén Zelaya lo conocimos en 1976 en México, cuando organizamos visitas a lugares históricos vinculados a los expedicionarios del Granma, en ocasión del XX Aniversario de la partida desde el puerto de Tuxpán.
Al comprobar el abandono de la casa donde se reunió Fidel con los expedicionarios, elaboramos un informe para varias instituciones cubana y copia para el Comandante en Jefe, quien, para evaluar la situación, envió a René Rodríguez, entonces presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, a Alfonso Guillén Zelaya Alger, propuesto para Vicepresidente de esa institución y al doctor Faustino Pérez.
Como secretario general del Comité del Partido en la Misión Diplomática, nos reuníamos casi todas las semanas y con Zelaya conocimos a algunos de sus 10 hermanos y sus historias, estableciendo una relación casi familiar.
Zelaya nació en la ciudad de Torreón, Estado de Coahuila, el 9 de agosto de 1936, donde su padre trabajaba como ingeniero de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. Sus progenitores Lorenzo y Leslie, eran hondureños exiliados y fervientes admiradores del pensamiento de José Martí.
Se hizo llamar en honor a su tío, el célebre poeta de Honduras, Alfonso Guillén Zelaya. Su tía y madrina fue Agregada Cultural del gobierno de Honduras en México y por razones política rompió con la dictadura de su país, poseía una amplia cultura, era poeta, sentimientos revolucionarios y antiimperialistas. Su hogar era frecuentado por latinoamericanos de pensamientos progresistas y solidarios de causas justas, se hablaba de los acontecimientos internacionales y de las principales figuras de la historia universal y latinoamericana donde José Martí ocupaba un lugar importante. El joven Zelaya militó en las filas de la Juventud Socialista y comenzó a indagar por los acontecimientos de Cuba, bajo la dictadura de Batista.
En 1955 escuchó frente al busto de José Martí en el bosque de Chapultepec a Fidel hablando, de la situación de Cuba y se integró al grupo, fue detenido por el Servicio Secreto mexicano, amarrado y torturado hasta perder el conocimiento y al alcanzar la libertad se integró al grupo de los futuros expedicionarios del Granma. En su evaluación consta que fue buen tirador, excelente resistencia física, muy disciplinado, magnífico combatiente de primera línea y apto para mandar y reacciona rápido ante cualquier situación.
Formó parte de los 82 expedicionarios del Granma, Después del combate de Alegría de Pío, cayó prisionero, llevado a la cárcel de Boniato en Santiago de Cuba, cuando lo conducían al juicio, decenas de santiagueros, parados en la calle, con banderitas de México y Cuba gritaban Viva Cuba, Viva México, consignas repetidas frente al Tribunal.
El Fiscal le preguntó porque vino a Cuba, manifestó que, siguiendo el pensamiento martiano, una vez más, Cuba y México se hermanaban. Fue condenado a seis años de prisión, trasladado al Presidio Modelo de la entonces Isla de Pinos y tiempo después a la cárcel del Castillo del Príncipe en La Habana, donde permaneció 13 meses.
Durante esa etapa recibió visitas del Frente Cívico de Mujeres Martiana, entre ellas Anolan López Pimentel, la más joven del grupo, que llamó la atención del expedicionario mexicano, que también era el de menor edad del grupo.
El cónsul de México, lo visitó varias veces y se ofreció para hacer gestiones para la repatriación y a finales de 1957 recibió el indulto, pero no lo aceptó. El gobierno de Batista lo deportó por indeseable y partió para México el 17 de diciembre de ese año, donde desarrolló actividades en la recaudación de fondos para el Movimiento 26 de julio y realizó funciones de mago en Honduras, Guatemala y El Salvador.
En enero de 1959 regresó a Cuba y le otorgaron el grado de Capitán del Ejército Rebelde. Se encontró con Anolan, estaba graduada de contadora, dirigente de las organizaciones políticas y de masas, fundadora de los Comité de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas. se enamoraron y casaron. Anolan ocupó responsabilidades dentro del Partido Comunista y su hermano Jorge fue director del periódico Juventud Rebelde.
En 1963 Zelaya colaboró con el Comandante Ernesto Che Guevara en el Ministerio de Industrias, en 1977 lo designaron Vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Se caracterizó por su modestia, optimismo y austeridad.
Una vez cerca del Malecón, escuchó los gritos de auxilio para ayudar a un adolescente que se estaba ahogando y sin quitarse la ropa y los zapatos se lanzó al mar y salvó al muchacho. Poseía habilidades de carpintería, plomería y mecánica y arreglaba sus relojes antiguos que coleccionaba.
Cuando regresamos a Cuba en 1980 mantuvimos afectivas relaciones. Siempre que nos visitaba decía: “No me brinden café, es una limonada lo que quiero”. Un día se fijó en un gato de porcelana negra y dijo este falta en mi colección y me lo quiero llevar. Le respondimos puedes hacerlo, seguramente quien lo regaló se sentirá honrado que lo tengas, tal vez hasta nos regale otro.
Teníamos una hermosa pintura, que en México nos entregó el licenciado Manuel López Gallo, donde aparecen dos gatos jugando ajedrez y otros observando la partida con diferentes expresiones. Le planteamos que podía llevarlo y respondió que no coleccionaba gatos intelectuales. En 1991 trabajó como asesor de Relaciones Internacionales del Ministerio de Educación. A los 57 años de edad murió en Chihuahua, México, el 22 de abril de 1994, cuando participaba en un evento del Ministerio de Educación de Cuba.
Sus restos fueron trasladados para La Habana y sepultados el 25 de abril de 1994, en el Monumento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Cementerio de Colón con honores militares.
Con su única hija, Patricia Xóchitl, nombre propuesto por María Antonia González, donde en su casa en México se conocieron el Comandante en Jefe y el Guerrillero Heroico, nos une un gran cariño y hemos mantenido una permanente amistad.
Es licenciada en Letras por la Universidad de La Habana, sus hijos Katia. Informática, miembro de un grupo de creadores del Ministerio de Cultura y Patricio es ingeniero trabaja en el Centro de Inmunología Monoclonal. Es amante a la cultura, trovador y guitarrista.