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Un Presidente hijo de emigrantes que se cree Macho Alfa en Washington

Un Presidente hijo de emigrantes que se cree Macho Alfa en Washington
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Sólo sus dos primeros discursos, en un término de 96 horas, bastaron para dejar en claro, definitivamente, que el presidente # 47 de Estados Unidos (EE.UU.), Donald John Trump, gobernará los próximos cuatro años a base de amenazas, o lo que es lo mismo, «lograr la paz, a través de la fuerza» para imponer sus ansias expansionistas y hegemónicas imperialistas en todo el mundo.

Su primera disertación tuvo lugar el 20 de enero de 2025, en la toma de posesión presidencial, efectuada en el Capitolio de Washington D.C., en una improvisada ceremonia, debido a las bajas temperaturas de ese día. Al cuarto día de su mandato, su alocución fue virtual ante los miembros del Foro Económico Mundial (FEM) o Foro de Davos, nombre de la ciudad suiza que acoge esa reunión anualmente.

El político republicano, empresario, personalidad televisiva y escritor, asumió el cargo en medio de una severa ola de frio ártico y nevadas, lo que obligó a  trasladar el acto hacia el interior del Capitolio, sede de las dos cámaras del Congreso del país norteño, donde la cálida temperatura ambiental se elevó ante el tono amenazante de lo que él llamó sus «promesas» de aplicar «medidas drásticas» en las relaciones bilaterales, el comercio, la política migratoria y la seguridad», durante este su segundo mandato, no consecutivo en el salón oval de la Casa Blanca.

Las primeras medidas

Desde las primeras horas de su gobierno, Trump comenzó una carrera contra reloj firmando numerosas órdenes ejecutivas, entre ellas la reincorporación de Cuba a la lista de «Países patrocinadores del terrorismo», en la cual él colocó a la isla, y que su antecesor Joseph Biden había derogado, sólo seis días antes de terminar su mandato.

Antes de su asunción había ordenado redadas y deportaciones masivas; eliminó rápidamente las regulaciones que impedían a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas realizar esa «cacería de brujas» en iglesias, escuelas y hospitales y dio autoridad al FBI, a la DEA y otras agencias para investigar y arrestar a indocumentados.

El día 29 de enero Trump anunció que 30 mil inmigrantes, según él «los más peligrosos», serán recluidos en la ilegal Base Naval de Guantánamo, en el oriente de Cuba, medida calificada de «brutalidad» por el presidente del país caribeño, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, mientras su homólogo colombiano, Gustavo Petro, comparó ese sitio utilizado por Trump, como un campo de concentración en tiempos de la Alemania nazi.

Curiosamente, mientras el rubio mandatario lleva a cabo una cruzada contra los inmigrantes, sale a la luz que él es hijo de madre escocesa y padre y abuelos alemanes. Quizás a él habría que quitarle la ciudadanía por el origen de sus ancestros, como decretó, aunque esa orden ejecutiva fue frenada por un juez federal, ya que está claramente definida la nacionalidad por nacimiento, en la 14ª enmienda de la Constitución de EE.UU.

También se hizo viral una carta de su abuelo, Friedrich Drumpf (apellido que posteriormente derivó en Trump), titulada «Los emigrantes», dirigida al príncipe Luitpold de Bavaria, Kallstadt, publicada por el diario alemán Harper’s, rogando no ser deportado a EE.UU. adonde había llegado, de forma ilegal, a los 16 años desde el pueblo Bávaron de Kallstadt, en el imperio alemán de 1885, para evitar el servicio militar obligatorio, casualmente, lo mismo que hizo Trump para evitar ir a la guerra de Vietnam, subrayó la publicación.

Friedrich perdió la ciudadanía alemana y obtuvo la estadounidense; amasó una gran fortuna administrando burdeles durante la fiebre del oro en EE.UU. y cuando regresó a Alemania, a principios del siglo XX, fue fichado por sus antecedentes; la carta no funcionó y se vio obligado a retornar a EE.UU.

El nuevo presidente, indicó Harper’s, “nunca ha querido hablar de este capítulo familiar y ahora sabemos por qué”.

El Canal de Panamá, Canadá, Groenlandia, Mc Kinley… ¿y Marte?

Ni corto ni perezoso, también volvió sobre el tema del Canal de Panamá en su primer discurso, al acusar al país centroamericano de «violar acuerdos del tratado que se firmó con Estados Unidos». Y, sobre todo, insistió en que «China está operando el canal de Panamá y no se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá. Y lo recuperaremos», dijo reiterando acusaciones que tanto el gobierno de la nación istmeña, como del país asiático rechazaron categóricamente.

Para Trump la entrega del Canal a los panameños, fue «un error imperdonable», en una velada crítica al recién fallecido expresidente James Carter, firmante del tratado Torrijos-Carter, que le devolvió ese paso marítimo a los panameños, 25 años atrás.

También dijo: «Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de Estados Unidos, que suena muy bien». «Eso cubre mucho territorio, el Golfo de Estados Unidos, qué hermoso nombre». «Y es apropiado», resaltó Trump reforzando una de las ideas más firmes que ha mantenido en su campaña electoral, como parte de sus proyectos expansionistas, expresados cuando dice que «Estados Unidos ampliará sus fronteras».

Sus objetivos expansionistas con Canadá y Groenlandia, bajo el pretexto de la seguridad nacional, de la defensa del país, no fueron aspectos mencionados directamente en su primer discurso como mandatario. No obstante, días después, aplicó aranceles de un 25 % a productos de México y Canadá (que ahora puso en pausa durante un mes) y a China el 10 %.

En su afán de cambiar nombres y fronteras del globo terráqueo, firmó un decreto que elimina el nombre del monte Denali, en Alaska, y ordenó llamarlo únicamente McKinley, su apelativo oficial, en homenaje al 25º presidente de EE.UU., William McKinley. Su nombre común, Denali, proviene de las lenguas atabascanas de la región y significa «El más grande». «El presidente McKinley hizo muy rico a nuestro país gracias a los aranceles y al talento», dijo Trump en la ceremonia de investidura.

En lo que muchos empiezan a considerar «cosas de locos» también aseguró que se izará la bandera norteamericana en el planeta Marte.

Seguridad ciudadana, justicia y clima

En el Capitolio, Trump afirmó que «vamos a traer ley y orden de vuelta a nuestras ciudades»; «compromiso con la seguridad urbana y la justicia».

Sobre lograr la actuación correcta de la justicia habló este mandatario convicto, acusado de 34 cargos el cual, además, indultó a sus seguidores, atacantes del Capitolio después que su «líder» perdiera las elecciones frente a Biden en 2020.

También decretó una «emergencia energética nacional» para permitir una mayor producción, y anunció que EE.UU. saldría del Acuerdo Climático de París. Esta será la segunda vez que Trump se retira de ese tratado voluntario, que busca frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Discriminación racial y homofobia

A pesar de anunciar que daría paso a una sociedad «que no ve el color» y «basada en el mérito», Trump ordenó a los organismos federales eliminar inmediatamente los conceptos de diversidad, equidad e inclusión (DEI) de las políticas, programas y prácticas del gobierno federal, así como las protecciones de los derechos civiles de los contratistas públicos, al tiempo que anuló las disposiciones ejecutivas emitidas por Biden, encaminadas a fomentar la equidad para las mujeres, las personas negras, hispanas, asiáticas y nativas americanas, así como para quienes posean discapacidad.

El 20 de enero, hizo una declaración claramente homofóbica: A partir de hoy, en Estados Unidos sólo habrá dos géneros: el masculino y femenino, hombre y mujer», en un claro mensaje contra las políticas inclusivas y los derechos de la comunidad LGBTI y habló de planes para hacer retroceder las políticas de diversidad, equidad e inclusión de su antecesor Biden.

Foro de Davos, prepotencia imperialista

Con una presentación virtual, en una enorme pantalla que le daba superioridad frente al auditorio, Trump mostró todas sus fichas en el Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, que acoge cada año esa reunión de algunas de las personas más ricas y poderosas del mundo.

Como lo describió el periodista Stephen Collinson, de la CNN, «el presidente Donald Trump se dispuso a imponer su voluntad en todo el mundo». «Las élites europeas vieron a Trump entrar virtualmente en la localidad alpina suiza de Davos este jueves, «en una metáfora de un mundo que asimila su regreso al poder, cargado de testosterona, con temerosa fascinación».

Según Collinson, «la aparición en el FEM de Davos fue el último movimiento híper confiado de Trump para remodelar el destino de Estados Unidos».

El jefe de la Casa Blanca lanzó amenazas de imponer aranceles a las exportaciones europeas; fijó un objetivo casi inalcanzable para el gasto en defensa de los países de la OTAN; trató de incitar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a entablar conversaciones para poner fin a la guerra de Ucrania e insistió en su enfoque de mano dura con el líderchino, el Presidente Xi Jinping.

Dijo a los empresarios reunidos en Davos: «Mi mensaje a cualquier empresa del mundo es sencillo: vengan a fabricar sus productos en EE.UU. y les ofreceremos uno de los impuestos más bajos de cualquier nación del mundo. Pero si no fabrican sus productos en EE.UU., que es su prerrogativa, entonces, muy sencillamente, tendrán que pagar un arancel, diferentes cantidades, pero un arancel, que dirigirá cientos de miles de millones de dólares, e incluso billones de dólares a nuestro Tesoro, para fortalecer nuestra economía y pagar la deuda».

«Pero la razón por la que el discurso de este jueves puede pasar a la historia es, que Trump dio a la multitud de Davos su visión más cruda sobre el nuevo papel hegemónico de Estados Unidos en el mundo», concluyó Collinson.

La era dorada” que concibe Trump

«A partir de hoy comienza la era dorada de América». «A partir de este día, nuestro país florecerá y será respetado y envidiado por todo el mundo» fueron las primeras palabras de Trump, como presidente # 47 de Estados Unidos.

Todo parece indicar que la «era dorada» para el presidente comenzaba el 20 de enero con su regreso a la Casa Blanca y también se refería íntimamente a su satisfacción personal, pues sólo pocas horas antes de jurar su cargo, lanzó su propia criptomoneda, «un meme coin$TRUMP», generando más de 55.000 millones de dólares para él y sus empresas, incluyéndose entre las 25 personas más ricas del mundo

La creencia de ser un «Macho Alfa» en la Casa Blanca

Los que siguieron ambos discursos pudieron observar la marcada gestualidad de Trump, o sea, su llamativo lenguaje corporal, presente en todas sus presentaciones públicas.

«Trump es ¨excepcional¨ para comunicarse con su cuerpo». «Con el movimiento de sus manos, la boca fruncida, un cierto bailecito, la sonrisa irónica, el mensaje que Trump comunica es que él es el “Macho alfa” y una fuerza que se debe tomar en cuenta», opinan especialistas.

Según psicólogos, «Nadie lo ha hecho así de bien desde John F. Kennedy o Mussolini», este último el fundador del fascismo italiano», por cierto, muy amigo de Adolf Hitler quien también era un maestro en el arte de manipular a las multitudes.

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