Revista Visión
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2da Temporada

Nostalgia por los fieles perritos angolanos

Nostalgia por los fieles perritos angolanos
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En los campamentos de las tropas cubanas en la República Popular de Angola, los soldados tenían condiciones de vida y trabajo satisfactorias, pero las mejoraban con el transcurso de los meses de estancia en la misión.

Cuando terminaban su misión, al retirarse hacia Luanda para pasar el tiempo reglamentado en la unidad de tránsito, estas “comodidades extras” las cedían a los que aún no terminaban, y así transcurría la vida. 

En estos “traspasos” de recursos, se incluían los perros que los militares cuidaban y atendían y que los acompañaban y ¨ayudaban¨ incluso para hacer las guardias, puesto que, acostumbrados desde su nacimiento a vivir entre cubanos, ladraban cuando se acercaba alguien que no tuviera esa nacionalidad. 

Pero llegó el momento de la retirada final de las tropas, la cual se hizo de manera paulatina. En una Gran Unidad, por ejemplo, en el transcurso de varios meses, regresaban en cada ocasión pequeñas unidades completas, que traspasaban las comodidades y también los perros a las que aun tendrían que permanecer. 

Así fue aumentando la cantidad de canes de cada pequeña unidad. 

Las despedidas siempre son difíciles. La escena conmovió a  la totalidad de la tropa. En el aeropuerto de una ciudad, donde se encontraba el último grupo de soldados cubanos de esa región, estaban tres aeronaves donde retornarían a Cuba todos de una sola vez. 

Ya se había entregado a la parte angolana todos los recursos de los campamentos evacuados, pero por supuesto, los perritos no.

Esos pequeños que, mostrando las características conocidas de fidelidad y cariño, seguían a sus “dueños” cubanos hasta en sus últimos minutos de estancia, la mayoría observando, esperando, ladrando como última esperanza. 

Después de abordar las aeronaves, durante el despegue, quedaron en la pista, además de los amigos angolanos, decenas de perros “llorando” por sus queridos cubanos. Muchos de aquellas mujeres y hombres que brindaron su solidaridad combatiente en Angola aun recuerdan con nostalgia a aquellos buenos amigos que los recibían con la cola a todo tren, se acurrucaban en sus pechos, y los seguían a todas partes.

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