No fue fácil coordinar una entrevista con el destacado documentalista Santiago Álvarez y cuando fijamos el día, nunca me imaginé que se convertiría en la entrevista más larga de mi vida profesional. Ya frente a él, en su oficina en el ICAIC, me indagó sobre cuáles de sus documentales había visto y ante esa sorpresiva pregunta solo le mencioné los que me vino a la mente. Now considerado el más corto de su filmografía, Ciclón y Martes 13, sobre la guerra de Vietnam. Se quedó pensando y me hizo después de una corta pausa la siguiente propuesta, más bien determinación.
-Mira, voy a habilitarte nuestra salita de proyección, para que veas mis documentales y tengas los elementos más frescos para la entrevista y acto seguido tomó el auricular y dio las instrucciones, para lo que sería un maratón de proyecciones de los reportajes fílmicos del cineasta. Realmente como periodista me interesó repasar las cintas de éste prestigioso documentalista, algunas no las había visto, aunque la proyección se extendió por una semana en largas jornadas matutinas, significando un verdadero atraso para el resto de mi trabajo.
Ya reiniciando de nuevo la entrevista y cumplidos sus requisitos le pregunté sobre Now, en ese momento con una gran resonancia por su originalidad y su fuerte mensaje, a pesar de su corto tiempo de duración.
– Bueno sí, Now es de mis documentales el más corto, dura apenas seis minutos. Nace de la necesidad de denunciar la discriminación racial en los Estados Unidos. Como no contábamos con materiales originales sobre el tema, nos servimos de las propias revistas norteamericanas, esos magazines que abundan tanto. De estas publicaciones tomamos fotos, que luego le dimos coherencia y ritmo en la mesa de animación.
Y sobre el documental Now nos agrega Santiago Álvarez. – Este documental trazó una etapa en nuestro cine, ya que nos vimos en la necesidad de ajustar ese material al ritmo de la canción, sostén fundamental de la banda sonora y acompañante de las imágenes.
Now salió del noticiero ICAIC, como Ciclón. El documental más largo de Santiago Álvarez con una duración de tres horas y quince minutos, fue el realizado durante la visita de nuestro Comandante Fidel Castro a Chile, para encontrarse con el presidente Salvador Allende, durante su gobierno.
Realmente fue revelador la larga entrevista con éste realizador, considerado internacionalmente como uno de los más destacados dentro del cine, en cuanto a éste género.
– Yo no tengo guiones previos, nos dice y te diré algo más, para hacer cine documental no se puede hacer guiones cinematográficos. Si tú tienes una formación cultural amplia y te decides a trabajar un determinado tema de la realidad, tú computadora mental le pide al cerebro que te mande todos los datos acumulados por años de tú información y la diviertes en el cuarto de montaje. Esto no quiere decir que tomes notas durante la realización del documental.
Santiago Alvarez, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana y Sicología e Historia en la universidad de Columbia, en Nueva York. Miembro fundador de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, que agrupaba a jóvenes intelectuales de izquierda, muchos de los cuales se incorporaron al cinematógrafo cubano. Intervino activamente en la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Fue Director y fundador del noticiero ICAIC latinoamericano. También se desempeñó como Asesor Artístico del Departamento de Dibujos Animados. Sus documentales y reportajes han recibido destacados premios en diversos festivales internacionales, además de distinciones nacionales y extranjeras.
La obra documental de éste cineasta se identifica por la denuncia constante al imperialismo y todas las formas de explotación a los pueblos de América Latina, África y Asia.
Con un lenguaje cinematográfico legible, de síntesis magistral y de fuerza emocional, éste destacado realizador ha logrado trasladar a la pantalla, los temas más dramáticos y las situaciones más complicadas desde el punto de vista del contenido, en una forma verdaderamente didáctica.
El cine de Santiago no es un cine que se contenta en exponer simplemente los hechos y los factores que conducen a ciertos acontecimientos, sino como un buen profesor desglosa la historia para una mejor comprensión del tema en cuestión.
Es por esta particularidad, que sus obras son comprensibles tanto para el auditorio de un país africano o latinoamericano, sin excluir el europeo socialista o simplemente occidental. Santiago Álvarez ha logrado el lenguaje común en su cinematografía, capaz de ser aceptado por tertulias incluso de diferentes posiciones políticas o filosóficas-