4ta Edición

2da Temporada

El Bloqueo a Cuba, ¿justificación o impune genocidio?

El Bloqueo a Cuba, ¿justificación o impune genocidio?

Seguramente alguna vez ha oído personas que consideran que el bloqueo que Estados Unidos impuso hace 62 años a Cuba es una justificación a la ineficiencia gubernamental, pero valdría la pena preguntarles si consideran que algún otro país hubiera sido capaz de resistir tan prolongada y cruel guerra.

Sí, porque el llamado eufemísticamente “embargo” por los gobiernos de Washington, condenado de manera abrumadora por la casi totalidad de los países miembros de las Naciones Unidas en 32 votaciones anuales, no es otra cosa que una brutal guerra económica, comercial, financiera de la mayor potencia del mundo contra una pequeña isla que se ha empeñado en defender a cualquier precio su independencia y soberanía y que califica como genocidio contra un pueblo según los tratados internacionales.

Desde el 6 de abril de 1960, ¡hace más de 64 años¡, el memorándum del entonces Vicesecretario de Estado Asistente, Lester D. Mallory, recomendaba al gobierno de Washington: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales… hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances, es la privación a Cuba de dinero y suministros para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
Esta “recomendación” se convirtió en la política oficial de los 13 gobiernos que han ocupado la Casa Blanca desde1960, unido a las agresiones e invasión en 1961, el bloqueo en 1962, las posteriores “sanciones adicionales” y la inclusión de Cuba en la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
“No es permisible, legal, ni ético, que por décadas se someta a un país pequeño a una criminal política de asfixia, con daños económicos que superan los 164 mil 141,1 millones de dólares a precios corrientes y un billón 499 mil 710 millones de dólares teniendo en cuenta el comportamiento del dólar frente al valor del oro. Solamente entre el 1 de marzo de 2023 y 29 febrero de 2024, el bloqueo causó daños y perjuicios materiales a Cuba estimados en 5 mil 56,8 millones de dólares. Esto representa una afectación aproximada de más de 421 millones de dólares mensuales, más de 13,8 millones de dólares diarios, y más de 575 mil 683 dólares en daños por cada hora de bloqueo”, precisa el último informe de Cuba a la ONU aprobado por el voto de 187 miembros de la ONU con los únicos votos en contra de Estados Unidos e Israel y una abstención.

Si Usted fuera un país y necesitara comprar algo, seguramente lo intentaría adquirir en su frontera más cercana. No puede. Esa frontera es Estados Unidos y el bloqueo no se lo permite. Entonces intentaría adquirir un producto similar en otro país de Europa o Asia. Tampoco se lo permiten si tiene un 10 por ciento o más de componentes estadounidenses. Supongamos que finalmente consigue comprarlo, pero, para pagarlo tiene que hacerlo mediante un crédito o a través de una transferencia bancaria.

Tampoco puede, porque el Departamento del Tesoro de Estados Unidos aplica multas millonarias a cualquier banco que se atreva a hacerlo, en cualquier país. Sólo le queda entonces buscar en mercados de países que rechazan el bloqueo y son capaces de desafiarlo, aunque queden muy lejos de El Caribe.
Otra cosa es, si finalmente consigue comprar lo que necesitaba, el encontrar algún medio, aéreo o marítimo, dispuesto a transportarlo hasta Cuba, pues el bloqueo impone severas sanciones a los que se atreven a hacerlo y encarece varias veces el costo normal a los que se arriesgan a que su buque o línea aérea no pueda entrar en seis meses a Estados Unidos.

¿Extraterritorial? Claro, ese es el bloqueo, que constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todas las cubanas y cubanos, de los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas para las relaciones entre Estados y por la Organización Mundial del Comercio. Es más, por el declarado propósito y el andamiaje político, legal y administrativo en el que se sustenta, el bloqueo califica como un acto de genocidio a tenor de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948.

Es verdad que no todos los problemas actuales que enfrentamos los cubanos se deben exclusivamente al bloqueo, pues hay deficiencias, errores acumulados, burocracia, ilegalidades y corrupción que el gobierno y el Partido luchan por eliminar, pero, el rol decisivo de ese genocidio despiadado nadie en su sano juicio lo puede negar.

Existen muchos ejemplos dolorosos que han afectado la salud de la población cubana, como el bloqueo endurecido durante la pandemia de la Covid-19 cuando nos impidieron comprar oxígeno en cualquier país poniendo en peligro la vida de pacientes, o las prohibiciones de comprar insumos para producir medicamentos de vital necesidad para la población y reactivos e implementos cuyas carencias mantienen en tensión permanente a nuestros hospitales.

Nadie cuestiona el papel jugado por las Naciones Unidas para mantener la paz y seguridad internacionales, brindar asistencia humanitaria, proteger los derechos humanos y defender el derecho internacional, pero es evidente la incapacidad vinculante de sus resoluciones cuando afectan la política imperial de Estados Unidos.

La pregunta que se hacen los pueblos del mundo es sencilla: ¡Hasta cuándo la comunidad internacional va a permitir un genocidio que mantiene al pueblo cubano en perenne lucha por la subsistencia, provoca la emigración de sus jóvenes, impide la atención debida a sus ancianos y estimula actos violentos en la sociedad!