“EL AMERICANO”, UN SOBREVIVIENTE DEL ASALTO AL PALACIO

Por el color de su piel y sus ojos azules se ganó el apodo de El Americano desde niño cuando, según me dijo, mataperreando por los barrios marginales de Marianao, jugaba con sus amigos la mayoría negros y mulatos.

Manuel José Gómez Sartorio, tuvo una infancia dura como casi toda su vida, lo que lo impregnó de una sencillez perpetua y un decir espontáneo con ese sabio hablar que tiene la calle. Fue un apasionado de la pelota y jugó en varios equipos y se enfrentó desde la infancia a las injusticias y el abuso de poder. Por ello no fue extraño verlo enrolarse con el Directorio Revolucionario contra la dictadura de Fulgencio Batista en los preparativos del asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957.

Hace contactos con Julio García Olivera y se acuartela en el Vedado en la calle 21 centre 22 y 24, desde donde parte ese día junto a un grupo de compañeros en el panel de la lavandería Fast Delivery. Son ametrallados a su llegada, pero El Americano logra avanzar hacia la posta tres, la situación era insoportable, me dijo al entrevistarlo en un aniversario de ese histórico hecho, explicándome en el terreno el por qué tuvo que retirarse junto a otros compañeros.

Salió del lugar a pie para tomar un ómnibus hasta Marianao. La represión se hizo insoportable y decidió refugiarse en casa de unos familiares en Oriente, para viajar más tarde al macizo de Guamuaya en busca de trabajo en un aserradero, en Gibara.
Allí tiene un accidente de trabajo y es despedido. Parte sin rumbo hacia Las Villas y se topa con unos guerrilleros del Segundo Frente Nacional del Escambray, quienes no lo identifican como asaltante del Palacio. Se separa del grupo y finalmente topa con la guerrilla comandada por Faure Chomón Mediavilla y participa en numerosas acciones combativas.

Con el triunfo de la Revolución se cumplieron la mayoría de las aspiraciones políticas y sociales por las que lucho El Americano durante toda su vida. Las mismas causas que motivaron su apodo le causaron la muerte el 23 de diciembre de 2023 a consecuencia de un incontrolable cáncer de piel.

Logró casi todos los objetivos que se trazó, menos dos. La publicación de un libro de poesía que está por editarse y la develación de un busto de José Antonio Echeverría en el parque que lleva su nombre en Morón, proyecto de lleva 30 años por realizarse.
La última vez que hablamos me reiteró su asistencia a esta develación, con una de sus frases: Tenemos que lograrlo.

Sus cenizas serán depositadas en la necrópolis de Colon.

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