Este servicio hizo posible que en la prensa diaria aparecieran las fotos tomadas en los más distantes rincones del planeta: copiaba del éter las fotos y enviaba las nacionales hacia el exterior. Dentro del territorio nacional existió la transmisión y recepción de fotos, primero por señal de radio y luego por hilo telefónico.

A través de eficientes equipos de radiofonía cada día se establecía contacto temprano en la mañana mediante un sistema de intercomunicación, dedicando de tres a cuatro minutos para formalizar la sincronización entre los equipos y para estabilizar el “pulso”.

En un rodillo giratorio, similares a las matrices de las rotativas de los periódicos, eran aprisionadas las placas fotosensibles, que daban vueltas en frente a un lente, que era el vehículo por el cual se realizaban tanto la operación de recepción como la de transmisión.

El lente iba caminando muy despacio de izquierda a derecha, mientras en la pantalla desfilaban, en rápida sucesión, numerosos puntos verdes luminosos, los que representaban para las radiofotos lo mismo que el ojo mágico del receptor de radio al producirse la sintonía.

Ambos rodillos, a miles de kilómetros de distancia, debían tener la misma velocidad: mientras uno transmite el otro recibe. El equipo receptor lo hace en una especie de chasis o caja negra donde se grababan las fotografías en un negativo. El proceso podía durar hasta 15 minutos. Los negativos eran llevados a un cuarto oscuro para ser revelados con el método tradicional de las rollos fotográficos normales.

Este proceso culminaba con la publicación de las fotografías en la prensa escrita acompañando los reportes de los periodistas.

Ese servicio de Radiofotos fue el que permitió conocer, de primera mano y con inmediatez, sobre los viajes de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a países amigos de Europa, Asia, África y Latinoamérica, así como su participación en Cumbres internacionales. También la participación de Cuba en los distintos eventos deportivos como fueron juegos Panamericanos, Centroamericanos y Olimpiadas, y los primeros Congresos del PCC, entre otros.

Es importante destacar que el servicio de Radiofotos también positilitó confirmar en Cuba el asesinato del Comandante Ernesto Guevara de la Serna, pues hasta que no se recibió la radiofoto que recorrió el mundo donde se veía el cuerpo del Che en la escuelita de Vallegrande, en Bolivia, vilmente asesinado, no se dio fe de este acto cruel.