Ochenta años de edad cumplió mi hermano mayor Arnaldo Santos. Lo recuerdo desde muchacho con una camarita de aficionados retratando a la familia. Era un camino avisado.
También El Mundo fue para él cuna profesional. En el laboratorio moldeó sus conocimientos técnicos, junto a reconocidos artistas del lente (Funcasta, Corrales, Altuna, Lezcanito…).
El diario La Tarde, de corta vida, (que dirigió Mario Massens) lo tuvo ya como fotógrafo en 1959. En El Mundo afianzó lo que sería una vida completa dedicada a la profesión, que continuaría después en Granma por más de cuarenta años, hasta su fallecimiento en 2010.
Sin duda, su prueba de fuego fue participar, junto con otro grande del periodismo cubano, Enrique González Manet, en la cobertura del devastador ciclón Flora, y estar junto a Fidel Castro en esos días aciagos.
Con otro extraordinario periodista, Juan Marrero, cubrió el terrible terremoto de Huaylas, Perú, en la década de los 70 del siglo pasado. Agradezco a la vida tenerlo como hermano de sangre y de profesión.
La Agencia de Información Nacional (AIN) difundió, poco después de su fallecimiento: Graduado de Periodismo en la escuela Manuel Márquez Sterling, tenía 66 años de edad. Proveniente del periódico El Mundo, en 1968 empezó alaborar en Granma, donde publicó numerosas imágenes con profesionalidad y creatividad. Reportó los recorridos de delegaciones cubanas por varios países y elregreso de las tropas internacionalistas de la Isla desde Angola, en cumplimiento de la Operación Victoria…
Recibió numerosos premios periodísticos y condecoraciones, entre estos, la distinción Félix Elmuza, y las medallas Raúl Gómez García y la de la Alfabetización de la República de Cuba.