5ta Edición

2da Temporada

El bitcóin (BTC) y su incursión en las finanzas mundiales

Renacer, sorpresa o como se pueda llamar al avance del activo digital que, desde su surgimiento fue condenado al fracaso por destacadas figuras de las finanzas mundiales, incluso, premios Nobel de Economía.

Como el bitcóin (BTC) no está respaldado por el gobierno de ningún país, no se rige por la normativa del Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Por esa razón, si el “token” digital alcanzase un valor significativo, algunos creen que podría llegar a suponer una amenaza a la estabilidad de las divisas mediante la puesta en marcha de ataques especulativos, a no ser que el propio FMI desarrollara algún método fuera de la normativa actual para evitarlo.

Pese a sus presuntas ventajas y a la falta de control que pudiera existir con este activo, algunos expertos piensan que se puede convertir en el sepulturero del dólar como divisa que rige en el mundo, por eso el BTC despierta muchas inquietudes.

Algunos especialistas creen que su pseudoanonimato puede simplificar la compra de drogas y otras mercancías ilegales, el lavado de dinero y la evasión de impuestos.

En El Salvador

En 2021, El Salvador lo estableció como moneda de curso legal y aunque no obtuvo resultados relevantes en años posteriores, el presidente Nayib Bukele, tal vez con visión de futuro y ante las críticas, anunció que compraría un bitcóin diario para fortalecer la economía del país.

El 15 de marzo de 2024, el mandatario Bukele anunció que El Salvador mantiene sus reservas en una billetera fría guardada en una bóveda física dentro del territorio nacional, y en la fecha de la comunicación el saldo ascendía a 5689.68 bitcoins.

Con algunos acumulados posteriores, la inversión ahora sobrepasa los 563 millones de dólares, para superar con amplitud lo invertido y para darle al gobernante una aureola de visionario, pitoniso o “brujo” del activo.

Entre las criptomonedas, la más popular 

La más popular de las criptomonedas tiene una historia aun por contar luego de que apareciera el primer bitcóin en 2009, creado por una persona desconocida o una organización anónima llamada Satoshi Nakamoto. 

Expertos explican que al escribir el código de origen, Satoshi utilizó un método a fin de imponer un límite estricto de 21 millones de monedas para la minería, según explica el sitio https://cryptomus.com.

Eso evita que pueda darse una emisión del activo de forma “desordenada”, como hace Estados Unidos con el dólar que se mueve de acuerdo con sus necesidades como primera potencia mundial.

Hasta mediados de año existían 19,732,151 BTC y el precio máximo del activo alcanzó un récord histórico el 14 de marzo pasado con un valor de 73 mil 700 dólares por moneda. Ahora está tocando la puerta de los 100 mil y analistas de mercados estiman que llegará en 2025 a los 200 mil en su valor en la bolsa.

El sitio https://cryptomus.com define el activo como una moneda digital que permite transacciones entre usuarios sin intermediarios, sus “billetes” como un equivalente físico no existen. Cada moneda tiene su propia clave criptográfica que solo está disponible para el propietario. 

La principal ventaja del bitcóin sobre las monedas con emisión ilimitada es porque resulta más valioso y tiene el potencial de aumentar su valor a medida que quedan menos monedas por minar.

¿Cómo funciona la minería del bitcóin?

Los bitcoines se crean a través de un proceso llamado minería. Para validar y agregar transacciones a la red blockchain, deben resolverse algoritmos matemáticos complejos, explica https://cryptomus.com. Pues los mineros compiten entre sí, tratando de encontrar la respuesta correcta a los acertijos criptográficos. 

Actualmente hay alrededor de un millón de mineros del bitcóin en el mundo y suelen utilizar computadoras y tecnologías poderosas. Se agrega un nuevo bloque a la blockchain, y una cierta cantidad se otorga al primero de ellos que resuelve el acertijo.

Como el algoritmo de “prueba de trabajo” es la base de la seguridad de la moneda, el número de 21 millones de monedas también es crucial. Cuando la cantidad de bitcoines resulta limitada, la minería y la seguridad de la red se fomentan, ya que las recompensas están garantizadas.

El suministro de bitcoines está controlado por un mecanismo conocido como “halving”. Aproximadamente cada cuatro años, la recompensa por minar un nuevo bloque se reduce a la mitad, lo que ralentiza la creación de nuevos bitcoines, explican los expertos.

De inicio se creaban 50 BTC por bloque encontrado; después de cuatro años fue 25, luego 12.5 y más tarde 6.25. En abril de 2024 ocurrió el cuarto halving, después del cual se redujo a 3.125. Por lo tanto, la emisión es desigual, y la minería de la moneda resulta cada vez más lenta.

Una de sus claves es que esta “moneda” se considera un activo deflacionario, lo cual significa que a medida que la demanda aumenta y el suministro disminuye, el valor aumenta con el tiempo.

En contraste con las monedas fiduciarias, que suelen estar expuestas a la inflación, el suministro limitado asegura que la criptomoneda permanezca deflacionaria. Esta ventaja atrae a inversores en busca de protección contra la inflación y la inestabilidad económica.

Peligro real

En el mundo actual las criptomonedas enfrentan un peligro real e innegable. La operación normal del bitcóin se realiza bajo el supuesto de la libre y permanente disponibilidad de la conexión a otros computadores a través de Internet. 

En tiempo de guerra, diversos factores como eventuales ataques militares a la infraestructura de Internet o prohibiciones gubernamentales de conexión al exterior podrían obstaculizar la verificación de las transacciones de la moneda.

Mientras no se afecte la red de redes, los criptoactivos avanzarán como hasta ahora que el bitcóin se acerca a los 100 mil dólares y amenaza con superar esa cifra en 2025 con amplitud, tal vez duplicándola pero, si hay afectación, es imprevisible lo que pueda ocurrir.

Por lo pronto, las alzas recientes reafirman el estatus de esta criptomoneda como un referente en el mundo financiero y pone de manifiesto su capacidad para redefinir el panorama económico global.