En estos años, mucho se habla y discute sobre la llamada Inteligencia Artificial (IA), la que no existiría si no hubiese sido creada por el manejo humano de la tecnología.
Incluso los futuristas más arriesgados consideran que más adelante, la IA sustituirá complejas tareas o dará solución a problemas no resueltos, como lograr la soberanía alimentaria de una nación, luego de probar varias experiencias sin resultados positivos.
Expertos de naciones europeas define la IA como sistemas de software y también de hardware.
Repasemos que significan uno y otro término.
El hardware es la parte física de un dispositivo como puede ser un ordenador, un teléfono móvil o una táblet. Esto incluye todos los componentes y accesorios: el ratón, la placa base, las memorias RAM y ROM, la pantalla, etcétera. Asimismo, la impresora y los altavoces también pueden considerarse hardware. Es decir, son todos los elementos que permiten el correcto funcionamiento del dispositivo y que se pueden tocar.
El software, por su parte, es la agrupación de programas y códigos de lenguaje necesarios para dar órdenes y ejecutar distintas funciones. A diferencia del hardware, estos no se pueden tocar ya que no son elementos físicos sino lógicos.
¿Cómo está estructurado el software de un dispositivo? Principalmente, se compone del sistema operativo, programas, aplicaciones y códigos que, al ser ejecutados, permiten realizar distintas tareas. A su vez, se encargan de formular los pasos e instrucciones que debe seguir el hardware para que todo funcione según lo previsto.
Una vez que ya conocemos qué son el hardware y el software podemos profundizar acerca de sus diferencias básicas.
Entre ellas destacamos su distinto soporte, la dependencia del software para que funcione el hardware, la tangibilidad, su estructura y la vida útil de cada uno de ellos
¿Y qué es el Soporte?
Ésta es la principal diferencia entre hardware y software. Como hemos visto al inicio de este artículo, el hardware es la parte física del dispositivo, esto es, sus accesorios, mientras que el software comprende el conjunto de códigos del sistema operativo.
Volvamos a la IA.
La IA, al igual que la humana, es un concepto complejo de definir. Aún no existe una definición formal y universalmente aceptada.
Es considerada por expertos como un campo de la informática que se enfoca en crear sistemas que puedan realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la percepción.
Estos sistemas pueden percibir su entorno, razonar sobre el conocimiento, procesar la información derivada de los datos y tomar decisiones para lograr un objetivo dado.
Algunas tecnologías con inteligencia existen desde hace más de 50 años, pero los avances en la potencia informática, la disponibilidad de enormes cantidades de datos y los nuevos algoritmos han permitido que se den grandes avances en este campo en los últimos años.
En la actualidad, la inteligencia artificial se ha convertido en una de las tecnologías más disruptivas y que más atención despierta.
¿Cómo funciona la IA?
Las Inteligencias artificiales utilizan algoritmos y modelos matemáticos para procesar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en patrones y reglas establecidas a través del aprendizaje automático, que es la capacidad de una máquina para aprender de forma autónoma a partir de datos sin ser programada específicamente para hacerlo.
De esta manera la IA puede mejorar su precisión y eficiencia con el tiempo.
Tipos de Inteligencia Artificial
Según la definición de Inteligencia Artificial, existen dos tipos:
• Software: asistentes virtuales, software de análisis de imágenes, motores de búsqueda o sistemas de reconocimiento de voz y rostro.
• IA integrada: robots, drones, vehículos autónomos o el Internet de las cosas.
No es la única clasificación posible de los tipos de Inteligencia Artificial que existe. En su libro «Inteligencia Artificial: Un Enfoque Moderno», Stuart J. Russell y Peter Norvig establecen cuatro tipos de inteligencia artificial:
• Sistemas que piensan como humanos: se enfocan en la emulación de la inteligencia humana, tanto en términos de comportamiento como de pensamiento. Buscan imitar la forma en que los humanos piensan y resuelven problemas.
• Sistemas que actúan como humanos: se enfocan en la emulación de la inteligencia humana, pero en términos de comportamiento. Buscan imitar la forma en que los humanos se comportan y actúan en el mundo.
• Sistemas que piensan racionalmente: se enfocan en la resolución de problemas de manera lógica y racional. Buscan maximizar la eficiencia y la precisión de sus decisiones, sin considerar necesariamente el comportamiento humano.
• Sistemas que actúan racionalmente: se enfocan en la toma de decisiones y la acción en el mundo, buscando siempre tomar la mejor decisión posible basada en la información disponible.
Ejemplos de uso de la Inteligencia Artificial
En nuestro día a día usamos la Inteligencia Artificial en multitud de aplicaciones y servicios. Algunas veces sin siquiera ser conscientes de ello.
Algunos ejemplos que ya están en marcha:
• Comida y agricultura: la IA puede usarse para construir un sistema alimentario sostenible: podría garantizar comida más sana al minimizar el uso de fertilizantes, pesticidas y el riego; mejorar la productividad y reducir el impacto medioambiental. Además, los robots podrían quitar las malas hierbas y reducir el uso de herbicidas. En la UE, ya hay muchos granjeros que usan la IA para controlar el movimiento, la temperatura y el consumo de alimentos de sus ganados.
• Administración pública y servicios: la IA podría prever desastres naturales, permitir una preparación adecuada y reducir sus consecuencias gracias al uso de enormes cantidades de datos y su capacidad para reconocer patrones.
• Lucha contra la desinformación: algunas aplicaciones de la inteligencia artificial pueden detectar noticias falsas y desinformación al extraer información de las redes sociales, buscar palabras sensacionales o alarmantes e identificar qué fuentes en línea se consideran autorizadas.
Se usa o podrían hacerlo en un futuro:
• Compras por internet y publicidad: para crear recomendaciones personalizadas, para optimizar los productos, planear el inventario, procesos logísticos, etcétera.
• Los motores de búsqueda aprenden de los datos que proporcionan sus usuarios para ofrecer resultados de búsqueda relevantes.
• Los asistentes personales digitales de los teléfonos móviles smartphones.
• Los programas de traducción de idiomas, basados tanto en texto escrito como oral, recurren a la inteligencia artificial para proporcionar y mejorar las traducciones. La IA también se aplica a otras funciones, como el subtitulado automático.
• Casas, ciudades e infraestructuras inteligentes: la IA también está presente en el campo de la domótica con aplicaciones como los termostatos inteligentes que aprenden de nuestro comportamiento para ahorrar energía.
• Los urbanistas también estudian fórmulas para aplicar la inteligencia artificial a problemas como la regulación de tráfico, para hacer más eficiente la circulación en las ciudades y reducir los atascos.
• Ciberseguridad: Los sistemas de inteligencia artificial también pueden ayudar a reconocer y luchar contra los ciberataques y otras amenazas en línea basándose en los datos que reciben continuamente, reconociendo patrones e impidiendo los ataques.